MAINLINER
MELLOW
ONE (Charnel Music, 1996)
Asahito Nanjo: bajo, voz
Hajime Koizumi: batería
Makoto Kawabata: guitarra
Mainliner empezó en 1995 con Asahito Nanjo de High Rise y el líder
de Acid Mothers Temple, Kawabata Makoto, para “explorar nuevas
posibilidades” y crear “un tipo completamente nuevo de grupo
psicodélico heavy.” El duo llamó al batería de free-jazz, Hajime
Koizumi, para redondear el trío.
Mellow One es el primer álbum
del trío, y el único con esta formación, ya que Koizumi fue
sustituido por el batera de Ruins para el segundo álbum. Un álbum
donde no encontrarás el pseudo jazz de andar por casa que puedes
encontrar en muchas bandas noise, ni se pajean en la aceras del No
New York. Al contrario, Mainliner siempre están manteniendo y
sustentando una apisonadora de rock pesado.
Dando entrada al álbum nos encontramos con “Cockamanie,” tema de
menos de dos minutos de atronadoras guitarras y una sección rítmica
desbocada. Un aperitivo a lo que viene detrás, que es la tormenta
sónica de 15 minutos titulada “Black Sky” donde la voz/gemidos
de Haito aúllan por encima de los chillidos de la guitarra de
Kawabata y la pesada y desbocada sección rítmica. Cuatro minutos
después el trío se lanza a un free-rock donde no se salvan ni los
muebles. De repente todo se apaga y entramos otra vez la bulimia de
la primera parte. Pero esto no dura mucho, ya que la banda vuelve a
despegar pero con más furia si cabe. Cuando todo ello acaba te
quedas como cuando ves dinamitar un edificio, espectacular, pero con
un vacío. Musicalmente imagina al “Sister Ray” pero con una
potencia multiplicada por diez.
El
tema que cierra es “M”. Un tema de 18 minutos y pico que empieza
con un sólo de batería. Cuando acaba al minuto y algo, la guitarra
se marca un riff heavy y al bacanal sonoro vuelve a apoderarnos. La
estructura es parecida a la canción anterior pero más lenta y
pesada, quizás con más control. En los free rock la guitarra de
Kawabata se convierte en una barra libre de wah wah y distorsión,
donde el volumen esta demasiado alto haciendo que los altavoces
retumben de dolor. Una locura que lo mismo mete en el mismo saco a
Blue Cheer, Sir Lord Baltimore, o krautrock.
Mellow
One es
todo menos meloso. Un álbum donde la distorsión se vuelve el cuarto
miembro de la banda. Donde los cánticos
de Nanjo son casi existentes, son sombras sin un objeto,
reverberaciones con poco contenido. Un álbum que no solo muestra el
amor de estos japos por el volumen sino por todo los excesos
musicales que el rock duro tenia que ofrecer.
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